Hay en el hombre la capacidad de realizar las locuras más extravagantes por conseguir lo irracional. En resumidas palabras, se trata de perseguir los sueños. Lo que tú consideras como una minucia puede ser para otra persona el motivo de que su corazón vuelva a latir.
Un hombre sin una meta no llega a ser más que un perro perdido en una gasolinera que espera a que le recoja su dueño. Motivación para avanzar y impedimentos para retroceder. Así se construye una vida plena para tí. Que los demás encuentren su plenitud de otra manera, ya que la tuya es propia.
Porque los sueños son tuyos y de nadie más.
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