Un padre de familia organiza una cena en uno de los restaurantes más exclusivos de la ciudad. Allí convoca a esposa, hijos, hermanos, sobrinos, abuelos... El menú consiste en marisco, jamón serrano, solomillo, queso manchego, vino francés y de postre, souflé. Cuando el camarero comienza a servir la langosta, el padre de familia levanta su copa, en señal de brindis. Todos los presentes le imitan. Entonces, sin más dilación, exclama:
-¡Señores, estamos arruinados!
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