miércoles, 15 de febrero de 2012

Verano

12 del mediodía. Tumbados no muy lejos de la orilla, con los ojos cerrados, oyendo el murmullo de las olas y el graznido de las gaviotas. Comer, en el chiringuito. Sacudirnos la arena en la entrada, ponernos algo encima. Chanquetes, chocos, calamares, jamón y acedías para picar, paella de segundo y una tajada de sandía como postre.

La siesta debajo de la sombrilla. Despertar para darnos un chapuzón. Nadar hasta la boya y notar los peces  que rozan nuestros tobillos.

Secarnos. Jugar a las cartas mientras atardece. Beber y cenar pizza en cuanto anochece. Una linterna que ilumine, la caja encima de la toalla. Charlar, reír, cantar. Nos dormimos allí, contando estrellas.

 Suena el despertador. Fue bonito mientras se soñó.

1 comentario: