domingo, 1 de enero de 2012

Otro año más

Jugueteaban mis dedos con mi corbata decorada con calaveras piratas. De mi boca salía el humo del Cohiba. La gata estaba tumbada junto a mí, buscando caricias. A través de los cristales, la luz del Sol iluminaba todo el salón. Me quité los zapatos para poder apoyar mis pies en el sofá gris en el que me había tumbado.

Alegrías, decepciones, cambios, amigos, viajes, noches... Todo ello hasta llegar a un sofá gris de mi piso. Apagué el cigarrillo en el cenicero. Me cogí uno de los vasos abandonados de la mesa. Lo que había dentro parecía Coca Cola, pero olía a cóctel de Absolut, Ballantines y sí, una pizca de Coca Cola. Un pequeño trago y mi garganta se rindió sin condiciones.

2012, no sé qué intenciones tienes, pero espero que sean buenas. Es lo único que puedo decir.


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