Esa vieja camioneta... ¿la recuerdas? Con el motor malgastado por los años, el verde despintado por la lluvia y sus lunas reventadas por ese bastardo de Manuel. Recorrimos Europa con esa chatarra, durmiendo y comiendo en el maletero descubierto. Seguimos a ese rebaño de ovejas con tres botellas de vodka en las venas y rompimos la valla fronteriza con Austria ante la siesta del guardia.
Ahora ya no existe, mi padre la vendió por 4.000 euros a ese empresario que solo le interesa la chapa....
gandu! es fantástico! me ha fascinado este ultimo microrelato tuyo! no pensé que fuera algo así...le da mil vueltas a lo que escribías antes y estoy orgullosísima de lo que has creado! Tb yo tengo que contrariar a E.H., porq no siento ni una pizca de envidia, en absoluto!, todo lo contrario! he imaginado cada una de las imágenes que proponen tus palabras...
ResponderEliminares genial!