lunes, 6 de junio de 2011

Dedicado a tí



Muy pocas personas pueden ver o hacer esto. Unos pocos elegidos gozan de tal privilegio. Me considero un bendecido por los dioses, como un Aquiles del siglo XXI. No sé cómo no vienen los del National Graphic para grabar semejante espectáculo de la naturaleza. Es tan bella la vida cuando lo más grandioso se presenta en todo su esplendor.

Allí se encuentra, en su máxima altura, con la forma de una duna del desierto africano. Noble por el respeto que impone, bella por la curva que dibuja. Un pequeño hoyo corona su cumbre y un césped negro lo rodea. Cuanto más cerca se encuentra plantada del agujero, la hierba se hace más larga y espesa. Conforme se aleja hasta las faldas su presencia su manto oscuro se vuelve escuálido y débil.

La clave es que su altura puede variar. Empezar a encoger sin prisa y sin pausa. El arco desaparece. La recta va cobrando forma. Esto no puede mantenerse durante demasiado tiempo, ya que algo en su interior le reclama recuperar su posición inicial. Finalmente, una subida instantánea y todo vuelve a su normalidad.

Sigo siendo Aquiles, porque al igual que él, alguien me dijo en cierta ocasión: "Pues tu gloria y tu maldición caminan juntas de la mano." Y así es.



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