-Jamás responder a un por qué con un porque sí.
-No repitas un mismo argumento dos veces.
-Mejor frases cortas y fulminantes que exposiciones largas y bien construidas.
-Hablar en tono tranquilo y relajado.
-Ofrecer metáforas e historias para explicar realidades complejas.
-El alivio humorístico funciona para ganarse el favor del público.
-Con respeto, falta al respeto.
-Interrumpir, pero con educación.
-Dominar una amplia base cultural para ofrecer relatos multidisciplinares.
-Si eres ignorante en un tema, deja que tu contendiente te ilustre. Cuando lo tengas claro, discrepa.
-Con tu titubeo, disimula y aclara la voz. Con el suyo, ataca sin piedad.
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