-Llevo varios días soñando con algo.
-¿De qué se trata?
-Estoy en mi velero, cruzando el Estrecho de Gibraltar. A proa, decenas de buques mercancía, a popa, el rastro de mi timón surcando el oceáno. Hace un tiempo soleado, con el viento suficiente para que las velas no se tensen, sino que simplemente sean acariciadas suavemente. Llamo a Bea, que sale del camarote interior con sus gafas de sol y su bikini rojo. Me dedica la mejor de sus sonrisas, en la que hace ese ruido de ardillita. Se pone a mi lado, me da un abrazo y señala a dos gaviotas que vuelan en pareja. Yo le guiño el ojo y le besó. Ahí me despierto siempre.
-¿Cuándo murió?
-El tiempo suficiente para que la forma de su cuerpo siga en mi cama.
-Tienes que pasar página. No volverá.
-Claro que sí.
-Está muerta...
-Pero viva.
-¿Dónde?
-Ya te lo he contado.
Me encanta! este si que me gusta..es muy dulce
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