jueves, 19 de abril de 2012

Escrito en el infierno

Hace tiempo que olvidé tu sonrisa. Mi cerebro sólo piensa en carbón, en barro, en agua, en sangre.

Cinco años en las minas. Un hombre normal habría enloquecido en ese tiempo, aparte de haberse tirado al abismo. Yo sólo veo tu silueta cuando los rayos estallan contra la roca y la lluvia se desliza por mi piel cuarteada.

 Espero que abandonarás la esperanza de lanzarte a mis abrazos. Que en este tiempo te hayas casado con un hombre que te ame como mereces. Si yo lo hubiera hecho, mis ojos no sufrirían con la luz del sol.

La tiza se acaba.

Siempre tuyo, un preso del destino.


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